Denunciar

En los últimos años varios gobiernos argentinos lanzaron programas nacionales para atender importantes temas: PotenciAR, ConectAR, AlimentAR, HogAR, SumaAR, etc. Fueron programas focalizados, muy promocionados, y en su mayoría tuvieron una vida relativamente corta ya que cada nueva administración suele destruir lo hecho por la anterior con ese afán refundacional tan característico como destructivo.

Pero hay un programa que se destaca y que es diferente al resto: Sin promoción alguna abarca todas las áreas nacionales y es inmune a los cambios de gobiernos: es el Programa Nacional depredAR.
Estas características únicas de transversalidad temática e ideológica lo convierten en clara expresión de casi la única verdadera Política de Estado que al menos yo he conocido en Argentina. Es un programa exitoso por sus impresionantes resultados, pero extrañamente es huérfano, ya que nadie acepta su responsabilidad creadora.

La depredación del Estado es una forma de aniquilación sistemática de recursos. Destruye recursos Naturales, lo que se asocia más directamente al concepto más reconocido de la Depredación (pesca ilegal, emisiones nocivas, etc.). Pero también aniquila recursos Económicos ligados a la Corrupción (sobreprecios, sobornos, etc.), y recursos Sociales, como el desarrollo, la salud y la vida misma, generando atraso tecnológico y desempleo cuando se realizan, por ejemplo, importaciones innecesarias.

A la hora de pensar en las razones del gran éxito del programa nacional depredAR es habitual caer en el error de considerar que la Corrupción es su única fuente inspiradora. Si bien casi siempre está presente en algún grado, también hay otros orígenes que explican el fantástico desarrollo de la depredación argentina. Ente ellas se destacan la Incapacidad, la Mezquindad, el Desinterés y la Falta de Empatía de funcionarios civiles y militares.

Estoy seguro que este mecanismo depredador sólo funciona en la oscuridad y que sus mecanismos se traban cuando son develados. Eso se ve claro cuando salen a la luz ciertas investigaciones periodísticas o judiciales, ante las cuales el mecanismo reacciona automáticamente censurando a la prensa o atacando a los fiscales.

Por eso es que esta sección la dedico justamente a develar el mecanismo de la depredación argentina. Y lo hago con la seguridad de que no hay crimen perfecto y que sacando a la luz lo que cada uno de nosotros vio o escuchó, vamos a empezar a parar esa depredación que arrasa nuestra nación.

Mi aporte aquí es denunciar los casos de éxito del programa nacional depredAR en el mundo naval, en los que yo fui testigo.
Te voy a contar sobre los casos de las patrulleras importadas por la Armada y la Prefectura, los fraudes del INIDEP, la sangría de la Pesca Ilegal e Inmoral, la dañina concesión del Dragado, la promoción de Chatarra Naval, las colosales pérdidas del Estado Astillero y los casos de los Submarinos, entre otros.

Cuantifiqué el impacto de la depredación en estos casos navales en los últimos años.
Los números son gigantescos y las unidades de medidas muy variadas: Toneladas de pesca ilegal, Millones de m3 de emisiones nocivas, Miles de puestos de trabajo perdidos, Millones de dólares robados y además, demasiadas muertes inocentes.
En resumen, la Depredación del Estado es un Negocio de pocos, con beneficios medidos en millones de dólares y costos pagados por nosotros, hasta con la salud y la vida.

Si esto ocurre en el minúsculo mundo naval que yo conozco, imaginate el tamaño que tiene esta depredación tomando el resto de las actividades del país. Es colosal. Y esa es la escala necesaria para lograr sumergir a un país como el nuestro.

Soy Raúl Podetti y quiero parar la depredación de la Argentina.

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